Parte 1.
Error
Carta 269
269. A Lou von Salomé en Stibbe
Tautenburg junto a Dornburg (Turingia), <16 de julio de 1882>
Bueno, mi querida amiga, hasta ahora todo va bien, y el sábado, dentro de 8 días, nos volveremos a ver.(1)
¿Por si acaso no ha llegado a sus manos mi última carta? La escribí el domingo hace 2 semanas(2). Lo habría de lamentar. Le contaba en ella un momento muy feliz: ¡varias cosas buenas me llegaron en una sola vez, y la »mejor« de ellas había sido su carta en la que me dio su confirmación! —
De todos modos: cuando se tiene una buena confianza mutua, las cartas tienen derecho hasta de perderse.
He pensado mucho en usted, y he compartido con usted varias cosas edificantes, conmovedoras y joviales, hasta el punto de que es como si hubiese vivido unido a mi venerable amiga. ¡Si supiese cuán nuevo y extraño me resulta todo esto, a mí, viejo solitario! — ¡Cuántas veces no pude evitar reírme de mí mismo!
En lo que atañe a Bayreuth, estoy contento de no tener que estar allí; y sin embargo, si pudiese estar cerca de usted como un completo espíritu, susurrándole al oído esto y lo otro, entonces hasta la música del Parsifal la podría soportar (de lo contrario, me es insoportable).
Quisiera que usted leyese primero mi breve escrito »Richard Wagner en Bayreuth«; quizá el amigo Rée lo tenga. He vivido demasiadas cosas con relación a Wagner y su arte — ha sido una pasión larguísima: no encuentro otra palabra para todo ello. La renuncia exigida aquí, el volver a encontrarme a mí mismo, que al final se torna aquí necesario, forma parte de lo más duro y melancóllico de mi destino. Las últimas palabras de Wagner escritas para mí están en un bonito ejemplar del Parsifal, como dedicatoria: »Para mi preciado amigo Friedrich Nietzsche. Richard Wagner, consejero eclesiástico superior«(3). Exactamente al mismo tiempo le llegaba, enviado por mí, mi libro »Humano, demasiado humano«(4) — y con ello quedó todo claro, pero también todo acabado.
Cuántas veces, en todas las cosas posibles, he vivido precisamente esto: »todo claro, pero también todo acabado!«
Y cuán feliz me siento, mi querida amiga Lou, al poder pensar ahora, con relación a nosotros dos: »Todo recién comenzado y sin embargo todo claro!« ¡Tenga confianza en mí! ¡Tengamos confianza en nosotros!
Con los más afectuosos deseos para su viaje
su amigo
Nietzsche.
La respuesta de Lou von Salomé del 24 de julio de 1882, desde Leipzig, no se ha conservado.
------- NOTAS -------
- Nietzscche esperaba la llegada de Lou el sábado 29 de julio, de vuelta de Bayreuth, pero al final no llegó hasta el 7 de agosto.
- La carta 256, en realidad del lunes.
- A principios de 1878, cuando trabajaba aún en la redacción definitiva de Humano, demasiado humano, Nietzsche recibió un ejemplar del libreto del Parsifal (B. Schott's Söhne, Mainz, 1877), con esa dedicatoria. Cf. CO III, 678.
- Cf. Ecce Homo, »Humano, demasiado humano«, § 5. En realidad esta »simultaneidad« es una invención a posteriori de Nietzsche, porque entre ambos eventos pasaron unos cuatro meses. Wagner envió el Parsifal el 1 de enero de 1878, y el ejemplar de Humano, demasiado humano no llegó a Bayreuth hasta el 25 de abril. Respecto a este invento y su motivo tanto filosófico como psicológico se trató en una discusión abierta en Nietzsche Forum.
------- FUENTES -------
http://www.nietzschesource.org/#eKGWB/BVN-1882,269
Carta 231
Poco después del 24 my. 1882
Carta 234
28 my. 1882
Carta 237
7 jun. 1882 (miérc.)
Carta 239
Probabl. el 10 jun. 1882
Carta 240
Probabl. el 12 jun. 1882
Carta 241
15 jun. 1882 (juev.)
Carta 243
18 jun. 1882 (dom.)
Carta 249
26 jun. 1882 (lun.)
Carta 251
27/28 jun. 1882
Carta 256
3 jul. 1882
Carta 269
16 jul. 1882
Carta 279
4 agto. 1882
Carta 287
8-24 agto. 1882
Carta 288
8-24 agto. 1882
Carta 289
8-24 agto. 1882
Carta 290
25 agto. 1882
Carta 291
26 agto. 1882
Parte 2.
Error
Carta 269
269. A Lou von Salomé en Stibbe
Tautenburg junto a Dornburg (Turingia), <16 de julio de 1882>
Bueno, mi querida amiga, hasta ahora todo va bien, y el sábado, dentro de 8 días, nos volveremos a ver.(1)
¿Por si acaso no ha llegado a sus manos mi última carta? La escribí el domingo hace 2 semanas(2). Lo habría de lamentar. Le contaba en ella un momento muy feliz: ¡varias cosas buenas me llegaron en una sola vez, y la »mejor« de ellas había sido su carta en la que me dio su confirmación! —
De todos modos: cuando se tiene una buena confianza mutua, las cartas tienen derecho hasta de perderse.
He pensado mucho en usted, y he compartido con usted varias cosas edificantes, conmovedoras y joviales, hasta el punto de que es como si hubiese vivido unido a mi venerable amiga. ¡Si supiese cuán nuevo y extraño me resulta todo esto, a mí, viejo solitario! — ¡Cuántas veces no pude evitar reírme de mí mismo!
En lo que atañe a Bayreuth, estoy contento de no tener que estar allí; y sin embargo, si pudiese estar cerca de usted como un completo espíritu, susurrándole al oído esto y lo otro, entonces hasta la música del Parsifal la podría soportar (de lo contrario, me es insoportable).
Quisiera que usted leyese primero mi breve escrito »Richard Wagner en Bayreuth«; quizá el amigo Rée lo tenga. He vivido demasiadas cosas con relación a Wagner y su arte — ha sido una pasión larguísima: no encuentro otra palabra para todo ello. La renuncia exigida aquí, el volver a encontrarme a mí mismo, que al final se torna aquí necesario, forma parte de lo más duro y melancóllico de mi destino. Las últimas palabras de Wagner escritas para mí están en un bonito ejemplar del Parsifal, como dedicatoria: »Para mi preciado amigo Friedrich Nietzsche. Richard Wagner, consejero eclesiástico superior«(3). Exactamente al mismo tiempo le llegaba, enviado por mí, mi libro »Humano, demasiado humano«(4) — y con ello quedó todo claro, pero también todo acabado.
Cuántas veces, en todas las cosas posibles, he vivido precisamente esto: »todo claro, pero también todo acabado!«
Y cuán feliz me siento, mi querida amiga Lou, al poder pensar ahora, con relación a nosotros dos: »Todo recién comenzado y sin embargo todo claro!« ¡Tenga confianza en mí! ¡Tengamos confianza en nosotros!
Con los más afectuosos deseos para su viaje
su amigo
Nietzsche.
La respuesta de Lou von Salomé del 24 de julio de 1882, desde Leipzig, no se ha conservado.
------- NOTAS -------
- Nietzscche esperaba la llegada de Lou el sábado 29 de julio, de vuelta de Bayreuth, pero al final no llegó hasta el 7 de agosto.
- La carta 256, en realidad del lunes.
- A principios de 1878, cuando trabajaba aún en la redacción definitiva de Humano, demasiado humano, Nietzsche recibió un ejemplar del libreto del Parsifal (B. Schott's Söhne, Mainz, 1877), con esa dedicatoria. Cf. CO III, 678.
- Cf. Ecce Homo, »Humano, demasiado humano«, § 5. En realidad esta »simultaneidad« es una invención a posteriori de Nietzsche, porque entre ambos eventos pasaron unos cuatro meses. Wagner envió el Parsifal el 1 de enero de 1878, y el ejemplar de Humano, demasiado humano no llegó a Bayreuth hasta el 25 de abril. Respecto a este invento y su motivo tanto filosófico como psicológico se trató en una discusión abierta en Nietzsche Forum.
------- FUENTES -------
http://www.nietzschesource.org/#eKGWB/BVN-1882,269
Carta 293
Finales de agto. 1882
Carta 298
8 de sept. 1882
Carta 305
16 de sept. 1882