Este es el peldaño más combativo de todos, y a su vez doloroso. Prefiero hacer una descripción correcta de mi conocimiento, no deseo por ningún motivo burlarme de nadie porque me burlaría mi mismo. Declaro y no repito, la miseria humana es peor que la traición. Cargamos con ella a cada momento, es una mancha que jamás se quita, ni con nuestro espíritu dadivoso. Lo único que puedes hacer es controlar a este enano salvaje, brincador de tiempos y espacios, carcome nuestro espíritu dadivoso y nos vuelve camellos.
¿Te acuerdas del funambulista que trata de salvar su ser? La cuerda es floja por culpa de este enano. Nos hace placenteros y gozosos mientras nuestro espíritu se halla enjaulado y callado. y resulta que esa pequeña falta nos hace más relajados y aceptamos la ignorancia como conocimiento. Es como repetir patrones que nos asfixian, necedad así le llaman.
¿Y las masas sociales? Todas y cada una de ellas encierra compromiso, pero a su vez engaño. Solo mira la guerra entre nuestra propia especie, gente viendo lo peor, compartiendo miseria. Cuerpos destrozados dan tristeza, pero de un espíritu mutilado es decepción, y nos une a la vergüenza y sigue hasta el odio. ¿Qué tanto debemos hacernos para comprender que nos estamos acabando todo? Y si pienso lo peor de los herederos seguro ya se hizo viral, y esto es aceptado por nuestra propia especie, y reímos de su miseria.
Por eso pido libertad Caprinio. Te ruego que me tomes y me lleves contigo a tu divinidad. Siento haber sido el humano más humano. Ya voy entendiendo por cada paso que soy en los peldaños, que soy de todo un poco, por eso me despreciaron mis hermanos herederos. Pero ahora soy un guerrero de verdad, te seré fiel hasta el final. Telofonte te quiero como mi consejero y te haré caso, seré tu lanza y tu mi escudo. Profesaré mi verdad, y eso nadie lo cambiará, y ahora lo sé. Los coros son mi voz interna, mi voluntad. No sé en que punto estoy de los peldaños, pero ya veo mi cambio y lo tomaré como el mejor de mis brebajes.